¿Un parlamento a la danesa?

A quienes nos gusta la política y las series nos ha cautivado Borgen, una maravilla producida por la cadena pública Danmarks Radio (procuraré no desvelar spoilers). A través de ella hemos conocido un poco mejor una política, la danesa, muy diferente a la que conocemos en otros lugares, o al menos a lo que se nos muestra a quienes no la conocemos tan de cerca. Sorprenden muchas cosas, empezando por ver cómo una primera ministra sigue viviendo en su propia casa durante su mandato (gran parte de la serie nos habla de cómo se concilian trabajos de gran dedicación -en política o periodismo- con la vida privada).

Pero sobre todo llama la atención la enorme fluctuación en acuerdos puntuales que permiten generar mayorías muy diversas para sacar adelante iniciativas sobre todo tipo de asuntos: planes económicos y medioambientales, normativa sobre la ganadería porcina, prostitución... A veces se une el centro con el flanco izquierdo, otras quedan excluidos los extremos del arco parlamentario, pero incluso en ocasiones hay alianzas de las que participan la extrema izquierda y la extrema derecha. Y ello no necesariamente hace caer un gobierno, sino que se queda en una alianza puntual. La serie no edulcora en exceso y no escatima a la hora de mostrar puñaladas por la espalda, maniobras torticeras o traiciones a los propios ideales, pero a nuestros ojos en ocasiones puede resultar hasta naïf y poco creíble. Sin embargo, el 83% de la población danesa la considera un fiel reflejo de lo que allí ocurre.

Quizá se puede entender mejor si echamos un vistazo a la composición de su parlamento unicameral, el Folketing. Hasta ocho partidos representan a los algo menos de seis millones de habitantes (12 si contamos a las minorías de Islas Feroe y Groenlandia), y el que mayor peso tiene necesita 41 diputados más para lograr la mayoría parlamentaria, que está en 88 votos. El Partido Liberal (que aunque se llame Izquierda, es de derechas), tiene que intentar sumar con Izquierda Radical (que aunque se llame así, es de centro y el equivalente al partido Birgitte Nyborg en la serie), con el Partido Popular Danés (de extrema derecha) y con el Partido Popular Conservador (derecha clásica). Pero también son posibles alianzas alternativas que suman mayoría absoluta, por ejemplo entre los socialdemócratas, la Izquierda Radical centrista, el Partido Popular Socialista  y la Alianza Roji-Verde (ambos en una órbita de izquierda similar a IU, EQUO, ICV o Anticapitalistas). O que liberales y socialdemócratas se alíen en solitario. Y, por supuesto, pueden probarse cualquier otro tipo de combinaciones que sumen 88 o más, claro. Aunque nos parezcan contra natura, parece que no son tan improbables en Christiansborg.

¿Puede empezar a acercarse la política española a algo como esto? Parece difícil, la verdad. El parlamentarismo español siempre ha estado muy desequilibrado entre dos partidos mayoritarios y el resto, con lo que siempre ha habido un partido que ha podido gobernar con alianzas más o menos estables, e incluso cuatro de las diez legislaturas ha existido mayoría absoluta. Sin embargo, y a pesar de la ley electoral que hizo posible el escenario anterior, las encuestas parecen apuntar a que en la XI Legislatura podríamos tener un parlamento mucho más fragmentado y en el que a día de hoy solo una alianza PP-PSOE parece una suma segura de 176 escaños o más.

Supongamos que esa "gran alianza" no se produce, o no de una manera absolutamente estable. Podríamos asistir quizá a un gobierno del PP en minoría, ante la imposibilidad de encontrar un candidato alternativo de consenso entre el resto de partidos, pero con mayorías parlamentarias variables. Quizá el PP podría sacar adelante algunas cuestiones mediante acuerdos con el PSOE, otras con Ciudadanos y algunas fuerzas nacionalistas... Pero también sería posible que se alcanzaran mayorías parlamentarias que llegaran a legislar en contra de la opinión del Gobierno. Me ha venido la idea a la cabeza a la luz de esa noticia sobre la legalización de la marihuana, que apoyan Ciudadanos, Podemos e IU, al menos. No sería nada raro que entre esas tres formaciones sumaran más escaños que el PP, y tampoco que otras formaciones como BNG, ERC o NaBai pudieran dar su apoyo. El PSOE sería decisivo al requerirse mayoría absoluta por afectar a una ley orgánica, pero cuanto menos se abriría un debate interesantísimo en el que el partido de gobierno poco podría hacer o quizá incluso se vería forzado a modificar su postura para lograr un acuerdo que no le dejara en mal lugar. Es más, en el caso de otras materias que no requieran mayoría absoluta, la abstención del PSOE sería suficiente para lograr mayorías alternativas.

Una situación similar se está produciendo a día de hoy en la Asamblea de Madrid. Allí Ciudadanos dio su apoyo a Cristina Cifuentes, del PP, para la investidura, así como para otras votaciones importantes. Pero en múltiples ocasiones PSOE, Ciudadanos y Podemos han funcionado como mayoría alternativa dejando al PP en solitario, en algunos casos con proposiciones no de ley que cuestionan cosas como su modelo de gestión sanitaria, e incluso echando abajo proposiciones de ley del gobierno y sacando adelante una redacción alternativa.

Pero también en la mayoría de ayuntamientos de cierto tamaño se ha multiplicado el número de grupos tras las pasadas elecciones de mayo, se han reducido las mayorías absolutas y el juego de mayorías en los plenos se ha vuelto más complejo e interesante, obligando a los grupos a dialogar y ser más flexibles, aunque también se presta a triquiñuelas para erosionar al gobierno de turno.

No obstante, para que un escenario fragmentado produzca ejemplos como el danés hace falta también que la cultura parlamentaria se asiente, y creo que costará mucho que eso suceda. Más bien será probable que vayamos a una legislatura corta ante la imposibilidad de conseguir un gobierno estable. Nadie se va a querer poner al frente de un gobierno que tenga que negociar cada votación con la maestría de nuestra adorada Birgitte Nyborg.


Comentarios

pgb ha dicho que…

aqui tambien entra la disciplina de partido, si se vota en bloque o se vota por personas... dentro del mismo partido conviven sensibilidades diferentes, opciones mas o menos reales.. ayudar fabricas y comercio de armas o perder empleo? proteger lo que nos gusta o dejar que la gente, el mercado, la sociedad decida?... renunciar a lo irrenunciable o quedar aislades y que nuestra posicion no sea tenida en cuenta y avance el peor aun, ley o pincipios, malo o peor? y como saber q es peor? ahi tenemos a carmena votando con pp y ciudadanos y contra sus concejales de "iu" y "podemos" para mantener el proyecto de urbanizacion privada en el centro de madrid y en territorios antes publicos...