Nuevos ingredientes para la cocina electoral

Como el panorama electoral anda revuelto, todo esto de las encuestas genera mucha más expectación de la habitual y, por tanto, abundan artículos analizando el CIS. Por tanto, hay muchas cosas en las que evitaré detenerme. Buscad por ahí, que hay un montón de cosas interesantes de gente que tiene más tiempo y conocimientos que yo para diseccionar a fondo el "barómetro" de Octubre. Intentaré más bien llamar la atención de manera lo más escueta posible sobre algunos aspectos que me han llamado la atención:
  1. La noticia NO es el desmoronamiento del bipartidismo. Más bien parece haber tocado suelo... por ahora. El desplome en el electorado de PP y PSOE se produjo hace mucho tiempo, y no va a mayores desde hace año y medio. Llevan desde Abril de 2013 sumando, en intención directa de voto, en torno a un 25%. Otra cosa bien distinta es que el CIS no se ha atrevido a considerar que esa falta de apoyo expreso a PP y PSOE se fuera a traducir en una falta de apoyo real de tales dimensiones en unas elecciones. Por eso, en la predicción o estimación del voto auguraban, incluso con datos tan malos para el bipartidismo, que sumaría en torno al 60% de los votos. En esta encuesta esa predicción les ha dejado un pelín por encima del 50%. ¿Por qué ahora el CIS se empieza a creer que PP y PSOE caen con más fuerza? Seguramente porque hay cosas que ahora se mueven y antes no tanto.
  2. La noticia es que alguien recoge el voto huérfano. Sí, es cierto que IU y UPyD mejoraron sus expectativas en ese período de crisis bipartidista (y lograron buenos resultados en las europeas), pero no había correspondencia en las dimensiones de la caída de unos y el ascenso de otros. Desde Julio de 2011 (máximo de PP+PSOE) hasta Octubre de 2013 (máximo IU+UPyD) el bipartidismo retrocedió más de 30 puntos en intención directa de voto. Por el contrario, el voto declarado a IU + UPyD solamente creció 7 puntos. Lo que realmente se disparaba eran la abstención y los indecisos, como ya hemos analizado en este blog. Aquí se pueden observar todas estas variaciones. El caso de Podemos, por el contrario, es de un ascenso vertiginoso: no se preguntaba siquiera por esta opción en Abril y ahora más del 17% de las personas encuestadas lo votarían. Una cifra a la que PP o PSOE no llegan desde Octubre de 2012, hace exactamente dos años.
  3. Un voto huérfano transversal... pero de izquierdas. ¿Por qué ni IU ni UPyD eran capaces de recoger todo ese voto descontento? Un poco incautamente (no he tenido demasiado tiempo para analizar con detalle) lanzo la hipótesis de que el electorado dispuesto a movilizarse en este momento era demasiado transversal para un partido ideológicamente muy definido como IU, pero demasiado izquierdista para un partido tan indefinido como UPyD. En el electorado español casi la mitad del electorado se concentra en posiciones de centro e izquierda moderada (3, 4 y 5, ver pregunta 25). No obstante, no siempre las posiciones más centradas se corresponden con posicionamientos políticos "centristas" si preguntamos por temas concretos, sino que corresponden a gente que no quiere o no sabe resumir sus opiniones en un "soy de izquierdas" o "soy de derechas". Pues bien, como hemos analizado en ocasiones anteriores, desde 2012 hemos avanzado de un abstencionismo escorado a la izquierda a un abstencionismo generalizado, lo que genera una gran bolsa de voto huérfano en el centro. Esto era así hasta este último barómetro, en el que la abstención en la izquierda ha caído drásticamente (por debajo del 10% entre 1 y 4), ha retrocedido en el centro (5 puntos desde abril) y ha crecido en la derecha. Por tanto, ha habido un escoramiento general del electorado hacia la izquierda (de hecho la media, 4,41 es la más izquierdista de la serie del CIS) pero reforzándose la participación sobre todo donde a IU y UPyD les costaba más llegar.
  4. Podemos: transversal... pero de izquierdas. Es probable que las brillantes cabezas de la "célula complutense" tuvieran muy bien analizado ese terreno electoral para detectar por dónde es posible crecer. Han conseguido construir un discurso y una imagen lo suficientemente difusos para no generar recelos en los sectores más desideologizados del "centro" e incluso en algunos sectores de derecha, tal vez como voto "ético" frente a la corrupción. Consigue una penetración impresionante en el centro, recogiendo tanto como PP y PSOE juntos y llega a sectores conservadores en una medida similar al PSOE, mientras que el PP no rasca bola del 5 hacia la izquierda. Pero aunque esto es cierto, el peso de Podemos está claramente volcado hacia la izquierda. De hecho, se le identifica como un partido claramente de izquierda (2,43), incluso a la izquierda de IU (2,67). Arrasa literalmente en los sectores de extrema izquierda (1-2), en los que se asentaba el crecimiento de IU, y ahora logra el 40% de los apoyos, mucho más que IU y PSOE juntos. Pero este sector de votantes es reducido: lo importante es que llega donde IU avanzaba muy lento y en la izquierda moderada (3-4) alcanza al PSOE e IU prácticamente desaparece. Obviamente en este caso hablamos no ya de la activación de voto abstencionista sino también de que el voto huérfano del PSOE que había reactivado IU, ahora ha pasado rápidamente a Podemos. Un buen análisis del voto a Podemos, aquí.
  5. Pero el problema de IU no es Podemos. A pesar de lo que hemos afirmado antes, conviene tener muy claro que el problema de IU, que ha dado un paso atrás enorme, no es Podemos, o no solo. IU se encontraba estancada desde hace mucho tiempo, dentro de un crecimiento muy lento, como ya hemos señalado. Su resultado estimado estaba en torno al 11% desde Julio de 2013. Una tendencia igual de estancamiento se percibía en la intención directa de voto. Su auge llegó entonces y paró de crecer bastante tiempo antes de que Podemos surgiera, como si hubiera encontrado un techo, de la misma manera que el bipartidismo había frenado su caída, como señalamos en el punto 1. Entre medias quedaba una gran bolsa de abstencionistas e indecisos a los que nadie conseguía motivar. La motivación de parte de esa gran bolsa no dañó en exceso a IU ni a UPyD en las elecciones europeas, tal vez frenó su crecimiento, pero una vez materializada la sorpresa de Podemos, se ha producido un efecto contagio que también comienza a desfondar a estas formaciones. El análisis de por qué se produce todo esto, lo dejamos para otro día.
Un último apunte. Como decía al principio, bienvenido sea el interés por las encuestas, ojalá ayude a comprenderlas mejor y a entender sin denostar qué es eso de la cocina, como muy bien explican en Principia Marsupia. Yo he roto una lanza por el CIS ante las acusaciones de "sobrecocinar" porque al menos nos ofrecen los datos en bruto para que podamos realizar predicciones alternativas. Pero dicho esto, también es cierto que considero que resulta difícil entender los criterios que utilizan. Porque es cierto que el voto de Podemos es difícilmente "cocinable" ya que no tenemos muchos elementos para saber cómo es su electorado y cómo se puede comportar. Pero en el caso de PP y PSOE, ni el recuerdo de voto (que en europeas hemos comprobado que baja anunciando desbandada), ni la simpatía, ni la valoración de líderes parecen ser soporte suficiente para que sigan siendo partidos que vean tan hinchada su estimación de voto con respecto a lo que la gente realmente declara en la encuesta. Pero, en fin, cocinar con ingredientes nuevos y desconocidos nunca es fácil.

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