¡Separen a ese tío del teclado!

Ha podido conmigo, lo reconozco. Pretendía buscar una cita interesante, una frase brillante, un tema sugerente. Quería hablaros del blog de Manolo Saravia (el nuevo, no el que ya he citado a menudo), rescatando algún detalle para que después pudierais usar el enlace para descubrir el resto. Pero no ha habido manera, soy incapaz siquiera de leer al ritmo que escribe. ¡27 entradas en tres días! Y sería muy difícil decidir cuál sobra. Así que nada, barra libre: pasen y vean.

No tengo por qué ocultar que mi apoyo en estas elecciones primarias será para él. A quien más le podría molestar, que es Esteban, lo sabe desde el primer momento, desde que le avalé su candidatura. Y, además, no fui especialmente disimulado cuando le presenté en este blog. Decía entonces que Manolo no era simplemente un señor muy listo de la Universidad que sabía mucho de urbanismo; que era una persona vinculada a los movimientos sociales, sus actividades y debates. El blog, afortunadamente, refrenda mis palabras.

No se trata solo de que, a la vez que pueda hablar de movilidad o inspección de edificios, haga un comentario sobre el último libro de Susan George. Para mí lo importante es que entiende el urbanismo como algo más allá de alineaciones, reparto de equipamientos, sistemas generales y ordenación del viario. La idea de vincular urbanismo y derechos humanos, la de pensar la ciudad pensando en los últimos de la fila, los "náufragos", no solo me resulta muy sugerente y acertada, sino que creo que refuerza y mucho la propuesta de Izquierda Unida. Una propuesta que creo que era brillante en términos de movilidad, urbanismo compacto, medio ambiente y algunas otras cuestiones pero que en materia social me resultaba algo coja (aunque a años luz del resto de opciones).

Salga o no elegido, ya nos deja una aportación muy importante. Pero, como salga, echémonos a temblar. Que tiemble el secretario del Ayuntamiento y temblemos los miembros de la Asamblea local, la prensa y el servicio de reprografía. Porque, si como cargo público acaba siendo la mitad de prolífico que como bloguero, nos va a matar a currar.

P.D.: Cuando comencé a escribir esta entrada, Manolo llevaba 26. Tuve que cambiarlo a la mitad, porque escribió la 27ª. Pero no es una cualquiera: precisamente explica el porqué de esta hiperactividad. Interesante planteamiento.

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