Marx, Bakunin y la SGAE

Creo recordar que era en 8º de E.G.B., con unos 13 años, cuando oí hablar por primera vez de gente como Marx y Bakunin y su cuestionamiento del orden establecido en torno a la idea de propiedad privada. Supongo que nos lo explicarían de una forma muy superficial, pero aquello conectó con ideas muy desordenadas que rondaban mi cabeza.

Creo que tenía una especie de complejo de culpa por las diferencias sociales con mis compañeros de clase: casi todos hijos de obreros industriales en epoca de reconversión, menos Emilio, cuyos padres cuidaban unas pocas vacas en La Cañada. Para mis ojos de crío, mi madre que era maestra y mi padre que peregrinaba por los institutos de la provincia eran medio millonarios en comparación. Y, preocupado por el asunto de las diferencias sociales, al calor de las lecciones de historia universal de Don Jesús, me preguntaba yo cómo había aparecido aquello de la propiedad. Es decir, me imaginaba a trogloditas campando por un mundo sin vallas ni cerraduras y me preguntaba cómo habían surgido las primeras. Suponía que a base de que alguno le echara morro, dijera "esto es mío" y lo defendiera a mamporros. Y, entre curas como andaba, me horrorizaba que una de las piedras angulares de nuestra civilización tuviera un origen tan violento. Desde entonces, rojo perdío.

Yo supongo que Marx, Bakunin y otros señores y señoras muy leídos explicarán estas cosas mejor, pero yo también tengo mi granito de arena que aportar. Porque, lo crean o no, aún quedan cosas de las que apropiarse en este mundo y nos permiten comprobar de primera mano, cómo surge aquello de la propiedad privada. Poniendo puertas al campo, que dicen que es imposible, pero es mentira (que se lo digan a la Duquesa de Alba, que tiene mucho campo con muchas puertas).

Hay un montón de cosas, la inmensa mayoría de nuestra cultura, que procede de la sabiduría popular, transmitida de generación en generación, puesta en común, mejorada, corregida o modificada libremente por cualquier persona para beneficio de la comunidad. Hablaba en los inicios de este blog de rutas de montaña, pero igual nos serviría el ejemplo de las recetas de cocina en las que cada cual añade su especial toque o de las innovaciones que produce la comunidad del software libre mejorando programas y herramientas. Pero puede llegar cualquiera, porque nuestro sistema institucional y nuestro ordenamiento jurídico lo permite, y decir que cualquiera de esas cosas es invención suya y restringir esa libre mejora comunitaria. Es como si a Karlos Argiñano (que igual lo hace) le da por registrar el bacalao al pil-pil y desde entonces pudiera ir pidiendo una compensación a cada restaurante que siga su receta, aunque sea modificada.

Parece una locura, ¿verdad? Entre otras cosas porque, que yo sepa, no existe ninguna institución que ande de garito en garito mirando velando por la propiedad intelectual de los chefs de postín. Pero para otros ámbitos creativos sí existe: todos conocemos a la SGAE. Pero, en este caso que quiero contar, no van a ser estrictamente el malo de la película, sino el brazo ejecutor. Lo que me parece terrible no es ya que recauden en bodas, bautizos y comuniones. Aunque yo lo tenga claro, podría ser discutible hasta qué punto se pueden utilizar creaciones de artistas para tal o cual fin sin compensación. Lo que asusta es que ya ni siquiera se trata de que algunos artistas creen e intenten "defender" su obra, sino que se apropian y le ponen su marca a lo que, por no ser de nadie, era de todo el mundo.

¿A dónde quiero llegar con tan largo y enrevesado discurso? A la noticia que acabo de conocer a través de Tercera Información: la SGAE pretende que IU pague 15000 euros por la aparición en un vídeo electoral del cántico popular “A por ellos”. Sí, sí, ese, el del fútbol. Al bueno de Felipe y su equipo, que nos han hecho unos vídeos en clave de humor, se les ocurrió meter, por unos segundos, la cantinela en los labios de uno de los protagonistas de "El Rodaje" que proponía usar como lema de campaña "A por ellos, I-U". Una chorrada como la copa de un pino, vamos. Pues resulta que la cancioncita se la ha apropiado un jeta, un aprovechado, que se limitó a ponerle unas guitarritas y poco más a semejante canción garrula que gustamos de cantar las embrutecidas masas que vamos a los estadios de fútbol. Lo grabó, lo llevó al registro y dijo: esto es mío.

O sea, que uno puede llegar, coger una melodía que no ha inventado y pedir royalties a todo el que desde entonces la silbe. Eso sí, ya nos hemos civilizado, y no necesita custodiar su propiedad a mamporros: ya tiene para eso a buenos mamporreros.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
empezó usted muy tarde a opositar a acreedor de porrazos, que lo sepa ;P
Juan ha dicho que…
¿Acreedor de porrazos? Me temo que con tanto juego de palabras me he perdido...
Juan ha dicho que…
Haaala, Juan Peña, qué cochino y procaz, que llama "mamporreros" a los de la SGAE...! Cuidadín con lo que decimos, que tienen muy malas pulgas!!
Javi ha dicho que…
La SGAE es posiblemente lo más glorioso que ha dado la cultura popular española en lo que llevamos de siglo (sin menospreciar a Chiquito, que no sé ahora mismo si se época de auge es de este siglo o de finales del anterior). Son como un malo de las pelis: despiadados, piden dinero hasta en actos para curar a niños, están todo el día auto-rastreando su nombre a ver qué se dice de ellos, llevan a los güenos a juicio...son demoniacamente geniales.
Angel Adanero ha dicho que…
¿La palabra "SGAE" estará registrada? Lo digo por ir pillando algo.

Un saludo.
Unknown ha dicho que…
Tiene razón ese divertido muñeco de South Park:

llámales HIJOS DE PUTA directamente.
Juan ha dicho que…
Hum... no se ha entendido bien lo que quería decir, me temo. Los tiros iban más por el DRAE...
Unknown ha dicho que…
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltGUIBusUsual?TIPO_HTML=2&TIPO_BUS=3&LEMA=mamporrero
Juan ha dicho que…
Vamos a ver, que todavía me empuran. Lo de mamporreros era simplemente una licencia literaria, una metáfora relativa a quien hace el trabajo sucio.
Tercera Opinión ha dicho que…
Pero lo que no se le puede negar a los miembros y empleados de la SGAE es que son profesionales, pues son capaces de llegar hasta el pueblo más recóndito y averiguar si se está realizando algún acto cultural que no haya pasado por caja.

Te invito a leer mi artículo: SÍ LA SGAE VIGILASE LOS MONTES...

http://www.terceraopinion.net/2009/08/16/si-la-sgae-vigilase-los-montes/

Un saludo.