Guiños con olor a europeas

Cómo se nota que llegan las elecciones europeas. A Zapatero ahora le da por ponerse roji-verde en un nuevo bandazo parlamentario. Vergara ilustra perfectamente cómo se siente uno viéndole picar de flor en flor según convenga.


Y es que, en cambio, en Valladolid se nos han descolgado con un pacto con el PP que dice poco tirando a nada, pero que significa mucho. Quiere decir que su análisis de la crisis pasa por entender que es un chaparrón y que lo que toca es estar muy juntitos para no mojarse. Que el modelo, en lo fundamental, sirve, y que mientras estamos bajo la marquesina mejor no pelearse mucho. Que si yo te respeto la poltrona aquí, confío en que me la respetes tú allí.

Nunca he sido de la teoría de las dos orillas, pero parece que algunos tienen ganas de hacerla buena. Este tipo de pactos resulta aún más elocuente que Julio para afirmar que las diferencias entre PP y PSOE, parecen ser de gestión. ¿Es el momento de estar juntos? No, perdonen, este es el momento de confrontar nuestras maneras de entender la sociedad, la economía, la justicia social. Y si tan fácil les resulta dejar a un lado los elementos de confrontación, me preocupa. Nos preocupa.

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